Volver a pensar el inicio de la clase: Rutinas de pensamiento en Ciencias Sociales
- Aleyda Leyva
- 21 jul
- 2 Min. de lectura
Han pasado casi dos años desde la última vez que escribí en este blog. Volver se siente raro, pero también profundamente necesario. Hoy quiero compartir algo que hemos empezado a trabajar desde el área de Ciencias Sociales de mi colegio y que puede servir a otros docentes que, como yo, siguen buscando formas de enseñar mejor sin dejar de ser reales.
Durante mucho tiempo, al inicio de las clases, repetíamos el mismo guion: “Buenos días, chicos. Hoy vamos a ver…”. Y de inmediato, tema, una plática general, desarrollo, cierre (si alcanzaba). Sin motivación, sin explorar qué sabían nuestros estudiantes, sin darles un motivo auténtico para aprender. Hasta que nos preguntamos: ¿Y si cambiamos ese primer momento?
Desde esa inquietud, propusimos el uso de rutinas de pensamiento como estrategia de motivación. No son dinámicas ni juegos ni técnicas de moda. Son estructuras sencillas que nos permiten activar el pensamiento crítico, vincular el tema con la vida real y abrir el aprendizaje con propósito. Y sí, también nos han servido para repensarnos como docentes.
El taller que realicé con mis colegas fue intenso. Algunos llegaron sin saber qué era una rutina de pensamiento. Otros venían con resistencia (justificada, porque el año ha sido muy exigente). Pero juntos fuimos construyendo ejemplos, conectando con nuestros desempeños, y dándonos cuenta de que una sola rutina bien aplicada puede cambiar por completo la forma en que nuestros estudiantes se relacionan con el contenido.
Además, incluimos algo que parecía ligero pero funcionó como llave: frases de películas y canciones. Las analizamos como si fueran de filósofos educativos. Nos reímos, nos sorprendimos, y lo más importante, nos conectamos con lo que sentimos. Porque enseñar también es emocional.
Quiero compartir aquí el material del taller, por si sirve, por si alguien quiere adaptarlo, mejorarlo, discutirlo, o simplemente, usarlo como punto de partida. No es una receta. Es una propuesta realista, hecha desde el aula, pensada para docentes que quieren cambiar sin dejar de ser ellos mismos.
Y si algo he recordado al escribir este post es que ser docente también es narrarse, compartir lo que aprendemos, aunque no sea perfecto (recuerdo las palabras de un compañero: "No busques perfección en donde no la hay"). Por eso, gracias por leer. Espero que este material te sirva como a mí me sirvieron las publicaciones de otros docentes cuando comencé a buscar caminos distintos. Y si puedes, compártelo también.
Nos seguimos leyendo.
Aleyda 🌱
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