El ser humano, por naturaleza busca conocer su pasado para encontrar significado a su existencia, ese es el deseo de reconstruir la historia; pero este deseo no siempre se encuentra dirigido hacia el conocimientos de grandes civilizaciones antiguas, sino al conocimiento de su pasado inmediato, al pasado de sus familiares y de su localidad. Este deseo innato de conocer el pasado de su entorno conlleva a la investigación de la Historia Familiar.
La historia familiar es entendida como el conocimiento del pasado de nuestros ancestros y va más allá del simple, aunque importante, deseo de conocer a nuestras familias, sino que parte del estudio científico de los restos o fuentes dejados por nuestros antepasados para para su reconstrucción.
¿Por qué conocer nuestra historia familiar?
El ser humano necesita desarrollar una identidad personal, familiar, local y nacional que le permiten identificarse como parte de un grupo, dotándolo de una escala de valores, objetivos, habilidades y permita del desarrollo de su autoestima.
Como explica Maslow, las necesidades de estima y reconocimiento son parte de la naturaleza humana, esta necesidad debe ser cubierta desde que el niño va tomando conciencia de su entorno y de no ser cubierta por su familia (quienes conviven con él), buscará satisfacerla con otros agentes que no necesariamente ofrecerán oportunidades de desarrollo.
La reconstrucción de la historia familiar permite del desarrollo de vínculos de unidad entre los miembros de una misma familia, más allá de si la convivencia de presenta en la actualidad o se encuentran distantes geográficamente.
Desde el punto de vista médico, el Psicoanalista y Psicólogo Clínico Dr. Leopoldo Caravedo explica que al atender a sus pacientes, muchos de estos desconocen la historia de sus padres, abuelos o bisabuelos y ello dificulta la atención en quienes pueden presentar patologías heredadas.
¿Qué relación guarda la historia familiar con la historia local?
Las familias son las constructoras de la historia, y esto involucra la construcción de sus localidades, no solo en el ámbito de la infraestructura, sino también en el desarrollo de las costumbres y tradiciones que identifican a una localidad.
La reconstrucción de la historia local implica el conocimiento y reconocimiento de los agentes que la construyeron y al ser parte de una familia, queda establecida la relación que guarda la reconstrucción de la historia familiar con la reconstrucción de la historia local.
¿Por qué reconstruir la historia familia en la escuela?
En el cotidiano de las familias de hoy en nuestra institución educativa se observa que los estudiantes demuestran poco interés por la participación en las tradiciones familiares, y muchos, al haber migrado del campo a la ciudad, miran con desdén ciertas costumbres persistentes en sus familias.
El conocimiento de la historia familiar fomentará el desarrollo de una identidad familiar que le permita desarrollar sentimientos de aceptación hacia sí mismo y hacia sus ancestros, esto incluye la adquisición de valores que le permitan direccionar sus acciones por el bien propio y el bien familiar.
¿Qué fuentes se requieren para la reconstrucción de la historia familiar?
Reconstruir la historia familiar, como cualquier rama de la historia, requiere de un trabajo científico que parta de la investigación y análisis de fuentes.
Entre las fuentes que permiten esta investigación encontramos: archivos civiles, eclesiásticos y de bibliotecas, fotografías, audios, vídeos, fuentes materiales primarias (vestido, instrumentos de trabajo, etc.). Los mismos retos humanos, muebles e inmuebles contribuyen a esta reconstrucción histórica.
Finalmente, las fuentes orales proporcionadas por aquellos miembros vivientes de su familia, permitirán enriquecer la narración histórica con anécdotas, chistes, relatos de los momentos difíciles y cómo los superaron, momentos decisivos y graciosos que forman parte de la identidad de cada una de las familias.
