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Foto del escritorAleyda Leyva

Ser ciudadano en el siglo XXI



Cualquiera de los que nos encontramos en nuestros treintas podemos explicar cómo ha cambiando tanto el ritmo de vida a comparación de la infancia y es que si algo caracteriza a estos últimos tiempos es el constante cambio en todos los ámbitos: Las Tecnologías de la Informática y comunicación (TIC) han llegado y se ven omnipresentes en todos los ámbitos de nuestra vida, ya sea que pensemos en la economía, en las relaciones sociales o en la cultura encontraremos que la tecnología ha establecido nuevos mecanismos de desarrollo para todas ellas; luego, encontramos a la globalización, por primera vez en la historia se observa que las fronteras se diluyen* para generar economías interconectadas y dependientes, así estén en los lados opuestos del globo, aunque no necesitamos ir tan lejos para entender a la globalización y es que cuándo antes en la historia se pudo disfrutar de un concierto en directo desde el viejo continente o comprar un disco japonés sin salir de casa; ésto nos lleva a un tercer cambio, el desarrollo de un nuevo ecosistema informático basado en el Internet como la nueva biblioteca universal.

Zygmunt Bauman explica que la principal diferencia entre el siglo XX (incluye también al XIX) y el siglo XXI es el cambio, en muy poco tiempo pasamos de la sociedad industrial basada en una economía de la producción mecánica en serie que necesita de obreros que realicen procesos ya establecidos sin cuestionar, a lo que llama Cultura Sólida, a una Cultura líquida en donde todo cambia, se transforma, está en permanente movimiento y en donde la única forma de sobrevivir es adaptándose.

Todos estos cambios permiten el desarrollo de nuevos conocimientos, valores, saberes y comportamientos que van perfilando al nuevo ciudadano digital que es capaz de adaptarse a la nueva economía del conocimiento que es parte de la cultura líquida (Modernidad Líquida).

Los cambios y la necesidad de adaptarse en la escuela

Así como la educación del la cultura sólida respondió a las necesidades de la economía mecánica con un aprendizaje mecánico que contaba con el libro como fuente del saber y veía al maestro como depositario del conocimiento que debería ser transferido al discípulo, ahora la educación debe responder a las nuevas necesidades de la cultura líquida** ampliando la biblioteca local a la global (Internet), asimilando los cambios en la producción y generación del cultura, empleando nuevos formatos de comunicación, reconociendo la interacción entre el hombre y la máquina para desarrollar una nueva forma de ciudadanía, la ciudadanía en la red. Ya antes psicólogos y pedagogos han previsto esta necesidad proponiendo como respuesta el cambio metodológico que permita pasar de un aprendizaje mecánico a un aprender creando.


Sketchnote de la unidad

Fundación Telefónica analiza esta necesidad de la educación digital en una sociedad digital y propone una interesante ruta de trabajo:


El Perfil del Homo Digitalis, el lado bonito y no tan bonito

Tynmagazine en su post "Homo Digitalis: Cómo lograr el equilibrio entre la tecnología y el mundo real" rescata que la tecnología y sus múltiples dispositivos nos acercan un mundo de posibilidades, la oportunidad de interactuar con otras personas geográficamente distantes, de acceder a la cultura al alcance un clic o de direccionar un proceso que se ejecuta a cientos de kilómetros de distancia sin salir de la oficina es la realidad en la cual vive este nuevo homo digitalis a quien el mundo se ha abierto ofreciendo un sin fin de oportunidades para aprender, emprender y compartir.

Para Rafael Bachiller el peso de lo no tan bonito prima, así en su post "Homo digitalis" del El Mundo señala que Román Cendoya (@romancendoya) autor del libro 'rEvolución: del Homo sapiens al Homo digitalis' explica que este hipotético nuevo homo vive en un mundo de pantallas ubicuas en donde todo está al alcance un clic (inmediatez) que ha llevado a la conectividad a un nuevo nivel, ya no sólo conectamos con personas, sino también con todas esas pantallas, esta es la llamada Internet de las cosas que permite el control de procesos desde espacios geográficamente remotos gracias a la fabricación a través de la red. El homo digitalis ha salido para formar parte de una nueva realidad que va más lejos que su entorno físico adquiriendo una nueva identidad en las RRSS construyendo un nuevo yo a partir de nuevas facetas, sean reales o inventadas lo que produce la fragmentación de la identidad y el desarrollo de tendencias dependientes y obsesivas que le hacen renunciar a su intimidad para conseguir retroalimentación inmeditada haciendo de su vida un espectáculo y cortando (o al menos disminuyendo) las relaciones físicas.

El secreto está en el equilibrio, es el mismo homo digitalis quien debe reconocer esta nueva realidad para no ahogarse en ella y así ser capaz de controlarla y aprovechar las oportunidades que le ofrece; para conseguirlo debe desarrollar un nuevo perfil que la educación tomará para diseñar las estrategias que permitan configurar a este nuevo ciudadano que no permite que las TIC le exilien en el mundo de la comunicación digital, que le deshumanicen., sino que las emplea como medio para conseguir un desarrollo competente, ético y humano como comenta Alaín Montalvo en su post "El uso de la tecnología en educación".


Como evento del SPOOK (aunque ya ha pasado la fecha) se propone la búsqueda o creación de una metáfora, infografía o alguna representación del homo digitalis, he pasado buen rato en las redes en busca de ella, ya sea para tomarla o para crear la mía propia y cuando desistía de participar del evento recordé este flyer de un concierto del artista coreano Kim Hyun Joon, tal vez parezca que nada tiene que ver con el evento del SPOOC pero he visto en ella la metáfora de lo que pienso es el perfil del homo digital. En el flyer se ve aun humano con una apariencia modificada, algo muy al estilo de Yo Robot, la película de Will Smith, me ha gustado la imagen por dos motivos, el primero es los ojos brillantes con una apariencia "mejorada" por la tecnología que a mi entender muestran primero la verdadera utilidad de la tecnología, mejorar la vida de las personas y segundo la necesidad de conocer y entender, así el hombre no está encerrado en sí mismo, sino que busca comprender mejor el mundo y lo consigue gracias a las TIC; segundo el smoking, una muestra de cultura y es que el homo digitalis no olvida su identidad, su cultura y se viste de ella para conservar su autenticidad, su escala de valores, su relación con la naturaleza y con una comunidad. Ya con las ideas más claras me animé a realizar un mapa visual integrando lo aprendido en el SPOOC con mi propuesta y este ha sido el resultado:


Sonia García comparte un interesante y pertinente comentario sobre la Taxonomía de Bloom y el homo digitalis en el evento del SPOOC (https://www.facebook.com/events/257755478001235/) recordándonos que esta taxonomía señala que las habilidades complejas se desarrollan a partir de las más simples y en la parte más alta de las habilidades complejas se encuentra el evaluar y crear, pasando antes por el aplicar y partiendo del recordar y comprender. Es este camino el que debe ser recorrido por el homo digitalis para construir su ciudadanía digital y su formación humana.

La brecha digital y el Homo Digitalis

Mientras redactaba este post me encontré con el artículo "La infancia en el mundo digital" de Pablo Rodríguez en el blog de La COFA, observatorio tecnógico de Fundación Telefónica y me pareció muy oportuno abordar el tema aunque en los contenidos de la unidad no se toma pero en el Perú y en la gran mayoría de países latinoamericanos conocemos y que podría definir como la distancia que nos separa del homo digitalis entendida no sólo como las dificultades del acceso a la tecnología, sino también la interacción que se tiene con ella.

El año pasado la UNISEF emitió su informe bajo el subtítulo "Los niños en un mundo digital" y analiza la presencia de las TIC y cambios que ha producido desde dos ángulos, en el primero las ve como una oportunidad de desarrollo rescatándolas como herramienta para romper el ciclo de pobreza, mientras que desde el otro como un problema que puede empeorar la situación haciendo que los niños sean más vulnerables exponiéndolos a situaciones de explotación y maltrato o las repercusiones que puedan tener en su situación física y mental (dependencia, depresión, ansiedad, etc).

Rodriguez propone ante eso que debe ser la empresa privada, especialmente las generadoras de tecnologías quienes realicen estudios y establezcan acuerdos y estándares éticos para proteger a los niños y, aunque muy acertada su propuesta, me atrevería a complementarla y señalar que la responsabilidad de proteger a los niños no radica exclusivamente en las empresas productoras de tecnología, sino también en la la sociedad y la familia que la consume y en la escuela que debe preocuparse por formar ciudadanos digitales y simple consumidores.

 

Notas mías:

* Las fronteras se diluyen es la afirmación expuesta en esta unidad del SPOOC, sin embargo me parece muy discutible, pues si vemos que en algunos ámbitos las fronteras se diluyen pero en otros se vuelven más separatistas.

** Esto debe entenderse como no sólo responder a las necesidades de la economía, sino a las nuevas necesidades sociales y culturales.

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Aleyda A. Leyva Chévez

Soy profesora de Ciencias Histórico Sociales y Filosofía. Docente por vocación, inspirada por mis estudiantes para innovar cada día.

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